Salman Rushdie confesó que haber perdido un ojo lo afecta todos los días

Salman Rushdie confesó que haber perdido un ojo lo afecta todos los días

El escritor Salman Rushdie relató con escalofriantes detalles lo que recuerda del ataque que sufrió hace dos años, cuando fue apuñalado en un escenario durante una conferencia en Nueva York. El ganador del Premio Booker señaló que su ojo quedó colgando de la cara «como un huevo pasado por agua», y que perderlo «le afecta todos los días».

En diálogo con la BBC, Rushdie reveló que pensó que se moría, pero «afortunadamente, me equivoqué». El laureado escritor aseguró que está utilizando su nuevo libro, Cuchillo: meditaciones después de un intento de asesinato, como una forma de luchar contra lo sucedido.

El ataque tuvo lugar en una institución educativa del estado de Nueva York en agosto de 2022, mientras el autor británico-estadounidense de origen indio se preparaba para dar una conferencia.

Rushdie recordó cómo el agresor subió «corriendo escaleras arriba» y lo apuñaló 12 veces en el cuello y el abdomen, en un ataque que duró 27 segundos. «No podría haber luchado contra él. No podría haber huido de él», aseguró el escritor.

Rushdie relató cómo cayó entonces al suelo, donde quedó tendido con «una cantidad espectacular de sangre» a su alrededor. Luego fue llevado en helicóptero a un hospital, donde pasó seis semanas recuperándose.

Nacido en India, el autor británico-estadounidense, de 76 años, es uno de los escritores más influyentes de la literatura contemporánea. El ataque que sufrió fue noticia en todo el mundo.

Rushdie pasó varios años escondido después de la publicación en 1988 de su obra Los versos satánicos, por la que recibió amenazas de muerte por parte del régimen iraní.

El autor admitió que había pensado que algún día alguien podría «saltar desde el público. Claramente hubiera sido absurdo que no se me pasara por la cabeza». Sin embargo, dos días antes de su evento, Rushdie tuvo una «pesadilla» sobre el ataque, y no quería ir.

«Luego pensé: bueno, es un sueño. Y, además, me pagan bastante bien. Todo el mundo ha comprado boletos. Debería ir».